Una historia muy sensata y cotidiana, una experiencia compartida sin rasgos de dejarte una enseñanza o moraleja desorbitante u obvia: simplemente un registro previsto para un futuro toxicoamnésico.¿MI OPINION? voy a limitarme a una oracion. Grandes influencias de grandes personajes. Sir François
Los Dealers
Los dealers tienen un papel fundamental en la vida de cualquier persona que decide ingresar en este mundo maravilloso, lleno de nuevas experiencias y de dolor tambien, pero cualquier camino que decidas recorrer tiene sus posos.
Hay distintos tipos de dealers, en general con el paso del tiempo deja de ser ese ser desconocido y empesas a saber un poco de su vida, una vida que no te interesa, lo unico que queres es que tenga lo que venis a buscar, cuesta mucho cuando se empiesa encontrar el adecuado, y creo que nunca se llega a encontrar, asi que hay que tener varias opciones, uno de mis preferidos era un ex compañero de secundaria que era demaciado inteligente y sabia hacer dinero, habiamos entrado a este maravilloso mundo juntos desde el principio y con el me fume mi primer porro en la historia que ya eh contado en el parque saavedra, pero para no ofenderlo no fue nombrado, desde que nois conocimos en 2do año de la secundaria siempre tubimos una extraña relacion, nunca fuimos amigos, pero siempre estubimos muy unidos por una extraña fuerza, al principio el se sentaba a mi lado en las pruevas de matematicas para que yo hiciera su evaluacion y el me pagaba por este echo, pero debido a nuestros caracteres demaciado distintos nunca pudimos entablar una amistad.
Una noche estando en mi casa con mis padres de vacaciones y nosotros que ya habiamos probado tubimos la necesidad de conseguirla por nuestros propios medios, empese a consultar a contactos y como siempre pasaba no conseguia nada nadie me iba a ayudar, asi que decidi salir solo recorde que en una plaza de belgrano que quedaba en rosvelt y cuba me habian comentado que se vendia droga, asi que tomamos un colectivo y fuimos. Cuando llegamos ninguno de los dos sabia que hacer, nos sentamos en el medio de la plaza esperando algun movimiento raro que nos de la señal, pero no pasaba nada, decidimos empesar a preguntar pero a nuestros jovenes 15 años nos daba mucho pudor algo que despues termine diciendole hasta al diariero "che sabes si alguien vende churro por aca" y nadie contestaba, hasta que vimos una bandurri, y un chico muy copado nos dijo que ya estaba por venir esperamos y no susedia nada, hasta que volvio en una bicicleta y dijo, la verdad que no hay nada.
Sentimos una gran desepcion a pesar de ser unos amateurs en el asunto cuando de repete un tipo alto de aspecto de garca cantina nos dijo "quieren comprar faso, vengan..." nos paramos y al acercarnos el se bajo la brageta del jean y comenso a hacer pis, situacion que a ambos nos di asco y nos quedamos paralizados esperando que termine mientras el nos miraba y nos invitava a hacercarnos, nos sentamos en el monumento central de aquella plaza junto con nuestro primer dealer, me dicen "honga", dijo el, le dijimos que queriamos faso, hizimos el intercambio y felices nos fuimos a un bar a tomar una cerveza y jugar unos pools.
Luego fuimos a fumar a mi casa que estaba vacia, ninguno sabia armar pero nos las ingeniamos bien, y fumamos unos 3 porros, quedamos tirados en 2 colchones escuchando musica y comiendo jamon crudo, riendonos de todo.
El fue mi primer compañero de viaje, hasta que nos peliamos nuevamente como siempre ocurria y nos separamos.
Al pasar los años se convirtio en dealer con la escusa de que gente comun y corriente que eran sus amigos no tengan que pasar por cosas como las que pasamos ese dia o otros y tratar con gente que no era de buena familia por haci decirlo.
Fue el mejor dealer que tube, conseguia buenas sustancias, me fiaba, recuerdo cuando iba a la casa de su abuela a buscar mi racion semanal, lo veia salir en esa esquina de saavedra y sentia lo mismo que cuando veia a lo lejos a alguno de mis amores hacercarse a mi encuentro. Lo extraño que esa nueva faseta suya no nos volvio a unir, sino que mantubimos una extraña relacion, los dos nos tenemos mucho aprecio pero solo rara vez hablabamos mas de lo que el asunto requeria y nos contabamos de nuestras vidas, yo me sentia incomodo con la idea de molestar a mi proveedor y el sentia que solo venia por la droga.
Claro que como dije anteriormente no se puede vivir de un solo dealer, hubo mas de los que puedo recordar, pero otro que frecuentaba bastante con mi pequeño grupo de no historias mas usual era entrar al Barrio Mitre y compra a alguno de los dealers de ahi adentro, esta era una situacion por demas conflictiva, siempre de camino hacia esa villa discutiamos sobre a quien le toca entrar, mis compañeros eran mis mejores amigos Mariano y Julian. El asunto sobre quien entraria se complico mucho mas despues de un descuido de mariano quien entro con su mp4 colgando y fue asaltado adentro en una ocacion, eso a mi me producia mas miedo que antes, Julian tenia muchos amigos en Saavedra y le daba un cierto toque de bulneravilidad que nunca reconocia por su miedo, Mariano a pesar de ser el mas pequeño en aspecto era el mas valeroso, aunque siempre sospeche que su valor venia por causa de su gran amor por la marihuana, y yo que era el mas grande tambien era el mas cagon, y aprobechando de que era el menos manija safe en reiteradas ocaciones diciendo "bueno si nadie quiere entrar no fumamos y fue" sabia que ni Julian ni Mariano se iban a quedar manija y alguno iba a entrar, aunque si la situacion se tornaba demaciado conflictiva terminaba entrando yo.
Entrar al barrio mitre siempre me hacia tener un sudor frio en la nuca, los chicos esperaban a 2 cuadras de la entrada, esas 2 cuadras iba pensando en todo lo que podia pasar mientras veia a patruyeros rondar el lugar y procuraba que no me miren demaciado, ya acercandome al pasillo veia los primeros rostros y la situacion me empesaba a superar, el corazon me latia muy fuerte, entrando por el segundo pasillo empesaba a caminar rodiado de caras que me miraban mal y esquivando borrachos, yo trataba de hacer de cuenta que esos marginales no estaban y no se percataban de mi precencia en esa selva aislada de reglas, donde tenia que poner a prueva mi astucia y mi instinto de supervivencia y pensar que no pasaba nada, eran solo 2 cuadras hasta la casa de "la patri" una señora maternal que nos vendia porro, pero esas 2 cuadras se hacian interminables dado los peligros de esa jungla, cuando al fin llegaba a esa casa marron donde vivia la patri aplaudia, se asomaba alguien y yo preguntaba por patricia, a veces me decian que no esta puesto que eran las 3 de la tarde y ella empesaba a vender a partir de las 6, entonces tenia que caminar otros 15 metros eternos hasta lo de "la dani" de nuevo aplaudia y salia ella, una mujer no muy joven ni muy madura, que llevaba un pantaloncito corto y una remera vieja demaciado suelta que permitia ver el movimiento de sus senos, ella me preguntaba que queres kevin, y yo le respondia una bolsita de 5 pesos, que eran 2 o 3 porritos en ese entonces, se iba a dentro a buscar la bolsita y cuando volvia con la bolsita en mano susedia algo magico, ella parecia una mujer preciosa, haciamos el intercambio y le decia hasta luego, y ella con un gesto maternal me respondia, "chau, cuidate de la yuta". Pero la travecia no terminaba ahi, tenia mi tesoro si, pero todabia tenia que salir sano y salvo de esa jungla, salia siempre por otro camino distinto al que habia entrado, el viaje era mas largo, pero asi evitava volver a crusarme con los simios que me vieron entrar, cuando salia de la villa, aun tenia que esquivar al patruyero que siempre andaba vijilando las afueras, para llegar con mis amigos que me esperaban ansiosos, nunca estube en verdadero peligro en esa travecia que hacia periodicamente, pero la sensacion era adrenalinica.
Kevin Raia
ESKEVA@GMAIL.COM
miércoles, 20 de mayo de 2009
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